Le abrí las piernas y devoró todo mi cuerpo.
Descubrió que no le saciaba el pequeño y frágil
cuerpo de Ale Eutimia y salió en busca
de zorras, putas y perras que saciaran su deseo carnal,
sexual, psicológico y egocentrista.
Lo que nunca pudo diferenciar es que no era sexo, era amor.
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