martes, septiembre 16, 2014

Nunca me sentí más vacía que el día que leí tu carta, mi mundo de fantasía se venia abajo. No podía creer en lo que aquellas letras expresaban, leí una y otras vez tratando de comprender porque lo hacías o si lo que ahí describías era producto de mi mente enferma. Pero lo único que hacía era negarme a creer la veracidad de sus palabras, la dureza con la que describías los hechos, la seguridad con la que tomabas tu decisión. Y así fue, así es,tu y yo ya no somos más que dos extraños. Desde que te conocí tuve la incertidumbre del daño que me podrías llegar a causar, vacilé por un momento y me deje llevar por lo bien que se sentían las cosas a tu lado. Más nunca me imaginé que un día ibas a tomar el camino de los demás y sin más pensarlo te alejaste, te fuiste y me olvidaste. Debo decir que he pensado en usted, más de lo común, más de lo posible  y me da pena admitir que así es. Debes marcharte ya, dejar de resonar en mi...


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